miércoles, 25 de abril de 2012

ENCARGOS Y NOTICIAS. 4,9-22.

                  9Procura venir cuanto antes; 10Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; 11sólo Lucas está conmigo. Tráete contigo a Marcos, que me va a ser útil en la tarea. 12A Fortunato lo he mandado a Éfeso.
                  13El abrigo que me dejé en Tróade en casa de Carpo tráetelo al venir, y los libros también, pero sobre todo los cuadernos. 14Alejandro el broncista me ha causado mucho daño, el Señor le pagará lo que ha hecho. 15Ten cuidado con él también tú, pues contradijo violentamente mis palabras. 16En mi primera defensa ninguno se presentó en mi favor, todos me abandonaron. Dios no se lo tenga en cuenta. 17Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas; quería anunciar íntegro el mensaje por mi medio y que lo oyera todo el mundo pagano; él me libró de las fauces del león. 18El Señor seguirá librándome de toda acción malvada y me guardará incólume para su reino celeste. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
                 19Recuerdos a Prisca y Áquila, y a Onesíforo y familia. 20Erasto se quedó en Corinto. A Trófimo lo dejé enfermo en Mileto. 21Procura venir antes del invierno. Recuerdos de Eúbulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
                 22El Señor te acompañe. La gracia os acompañe.

EXPLICACIÓN.

9-22.        Pablo desea una visita de Timoteo. Defección de Dimas, cf. Col 4,4; Flm 24. Crescente no es mencionado en ninguna otra carta; Galacia podía designar las Galias. Fortunato, cf. Ef 6,21; Col 4,7. Pablo está acompañado sólo por Lucas (2-12). Encargos (13). Conflicto con Alejandro (cf. 1 Tim 1,20) (14-15). Situación desfavorable en el primer juicio. Seguridad de Pablo (16-18). Saludos. Prisca y Áquila, cf. Rom 16,3; Onesíforo, cf. 1,16; Erasto, cf. Rom 16,23; Trófimo, Hch 20,4; 21,29; los otros cuatro, desconocidos (19-22).

ENSEÑAR CON PACIENCIA. 3,10-4,8.

              10Tú, en cambio, seguiste asiduamente mi enseñanza y mi manera de vivir: mis proyectos, mi fe y paciencia, mi amor fraterno y mi aguante 11en las persecuciones y sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me sacó el Señor; 12y lo mismo: todo el que se proponga vivir como buen cristiano será perseguido. 13Esos perversos embaucadores, por su parte, irán de mal en peor, extraviando a otros y extraviándose ellos. 14Tú mantén lo que aprendiste y te convenció; recuerda quiénes te lo enseñaron 15y también que desde niñó conoces la Sagrada Escritura. Ella puede instruirse acerca de la salvación por la fe en el Mesías Jesús.
             16Todo escrito inspirado por Dios sirve además para enseñar, reprender, corregir, educar en la rectitud; 17así el hombre de Dios será competente, perfectamente equipado para cualquier tarea buena.
4           1Delante de Dios y del Mesías Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te pido encarecidamente, en nombre de su venida y de su reinado: 2proclama el mensaje, insiste a tiempo y a destiempo, usando la prueba, el reproche y la exhortación, con la mayor comprensión y competencias; 3porque va a llegar el momento en que la gente no soportará la doctrina sana; no, según sus propios caprichos, se rodearán de maestros que les halaguen el oído; 4ser harán sordos a la verdad y darán oídos a las fábulas. 5Tú no pierdas nunca el control, soporta lo adverso, trabaja en propagar la buena noticia y desempeña bien tu servicio, 6pues por lo que a mí toca, estoy para derramar mi sangre y no me falta mucho para soltar amarras. 7He competido en noble lucha, he corrido hasta la meta, me he mantenido fiel. 8Ahora ya me aguarda la merecida corona con la que el Señor, juez justo, me premiará el último día; y no sólo a mí, sino también a todos los que anhelan su venida.

EXPLICACIÓN.

3,10-4,8.      Pablo se propone como ejemplo a Timoteo. Su insistencia muestra que siente cierto temor por la inseguridad de éste. Conocimiento de la Escritura, es decir, del AT, al que atribuye una validez total sin distinciones. El hombre de Dios, cf. 1 Tim 6,11 (10-17).

                    Vuelve a estimular a Timoteo a la actividad, tanto más necesaria cuanto que el mal va a proliferar (4,1-4). Derramar mi sangre, cf. Flp 2,17. El fruto de la dedicación (5-8).

EN LOS ÚLTIMOS DÍAS. 3,1-9.

3                1Ten presente que en los tiempos finales va a haber momentos difíciles, 2la gente será egoísta e interesada, serán arrogantes, soberbios, difamadores, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, 3sin corazón, implacables y calumniadores, gente sin control, inhumanos y enemigos de todo lo bueno; 4traidores, temerarios, presuntuosos, amigos del placer en vez de amigos de Dios. 5Tendrán semblante de piedad, pero serán la negación de su esencia. No te juntes con gente de ésa; 6y a ellos pertenecen los que se cuelan por las casas y cautivan a mujerzuelas cargadas de pecados, zarandeadas por múltiples caprichos, 7que están siempre aprendiendo pero son incapaces de llegar a conocer la verdad. 8Yanes y Yambres se opusieron a Moisés; exactamente lo mismo se oponen éstos a la verdad: mentes degeneradas, hombres incapacitados para la fe. 9Pero no irán más adelante, pues todo echarán de ver su insensatez, como les pasó a aquéllos.

EXPLICACIÓN.


1-9.           Como en 1 Tim 4,1ss, se espera una especial virulencia del mal en los últimos tiempos. Yanes y Yanmbres, nombres atribuidos por la tradición judía a los magos de Faraón que hicieron prodigios iguales a los de Moisés (Éx 7,11), pero que no pudieron evitar el desastre final de los egipcios.

BUEN SOLDADO DE CRISTO. 2,1-26.

2               1Por tanto, hijo mío, saca fuerzas de la gracia que tenemos en el Mesías Jesús; 2lo que me oíste a mí en presencia de muchos testigos encomiéndalo a hombres de fiar, capaces a su vez de enseñar a otros. 3Comparte las penalidades como buen soldado del Mesías Jesús; 4ningún soldado en activo se enreda en asuntos civiles si quiere tener contento al que lo ha enrolado. 5Tampoco un atleta recibe el premio si no compite conforme al reglamento. 6El labrador que suda es el primero que tiene derecho a una parte de la cosecha. 7Reflexiona sobre esto que te digo, que el Señor te lo hará comprender todo.
                    8Acuérdate de Jesús Mesías, resucitado de la muerte, nacido del linaje de David; ésta es la noticia que anuncio 9y por ella sufro hasta llevar cadenas como un criminal; pero el mensaje de Dios no está encadenado. 10Por eso soporto lo que sea por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación presente en el Mesías Jesús con la gloria eterna.
                    11Esto es mucha verdad:
                    si morimos con él, viviremos con él;
                12si perseveramos, reinaremos con él;
                    si lo negamos, también él nos negará;
                13si le somos infieles, él permanece fiel,
                    porque negarse a sí mismo no puede.
                 14Sígueles recordando todo esto, avisando seriamente en nombre de Dios de que no discutan sobre palabras; no sirve para nada y es catastrófico para los oyentes. 15Esfuérzate porque Dios te apruebe como a un obrero irreprensible, que predica la verdad sin desviaciones.
                16A las charlatanerías profanas dales de lado, porque se irán haciendo cada vez más impías, 12y la enseñanza de esa gente corroerá como una gangrena; entre ellos están Himeneo y Fileto, 18que se desviaron de la verdad pretendiendo que la resurrección se ha efectuado ya, y  trastornado la fe de algunos . 19A pesar de todo, el sólido cimiento de Dios está firme y lleva esta prescripción: "El Señor conoce a los suyos", y "quien invoca el nombre del Señor aléjese de la maldad".
                20En una casa grande no hay sólo utensilios de oro y plata, también los hay de madera y de barro, unos para usos nobles, otros para usos bajos. 21Si uno quiere ser un utensilio para usos nobles, consagrado y útil a su dueño, disponible para toda obra buena, tiene que limpiarse bien de todo eso.
               22Huye de las pasiones juveniles, esmérate en la rectitud y la fidelidad, en el amor fraterno y la paz con los que invocan al Señor limpiamente. 23Niégate a discusiones estúpidas y superficiales, sabiendo que acaban en peleas; 24y uno que sirve al Señor no debe pelearse, sino ser amable con todos; debe ser hábil para enseñar, sufrido, 25suave para corregir a los contradictores; puede que Dios les conceda enmendarse y comprender la verdad; 26entonces recapacitarán y se zafarán del lazo del diablo que los tiene ahora cogidos y sumisos a su voluntad.

EXPLICACIÓN.

1-26.       Nueva exhortación a Timoteo, con alusión al tema de la valentía (cf. 1,7). Transmisión del depósito. La dedicación que Pablo desea en Timoteo se ilustra con tres ejemplos proverbiales: el soldado, el atleta y el labrador (1-7). Pequeño resumen de la buena noticia (cf. Rom 1,3s). Persecución a Pablo por predicar el mensaje, y fruto de salvación (8-10). Fórmula introductoria a un dicho o credo cristiano (Esto es mucha verdad, cf. 1 Tim 1,15; 4,9; Tit 3,8). Si morimos con él, viviremos con él, cf. Rom 6,4 (11); si perseveramos, reinaremos con él, cf. Rom 8,17; si lo negamos, etc., cf. Mt 10,33 (12). Confianza en la fidelidad del Señor (13).


               Las discusiones sobre palabras corresponden probablemente al interés por "fábulas y genealogías" de 1 Tim 1,3s; lo mismo, las charlatanerías profanas. Himeneo, nombrado en 1 Tim 1,20; su llamado error consistía en afirmar que la resurrección ya ha tenido lugar, refiriéndose probablemente a la nueva vida comunicada en el bautismo. El autor no opone argumentos contra esta opinión o formulación, se limita a considerar a los que así piensan extraños a la iglesia, considerada como un edificio (16-19) en el que los cristianos son utensilios de diverso valor y utilidad (20-21). Exhortación personal a Timoteo. Tema de la enseñanza (24) con toda dulzura frente a los contradictores (22-26).

lunes, 23 de abril de 2012

1,1-18.

                  1Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio de Dios, conforme a las promesas de vida que hay en Jesús Mesías, 2a Timoteo, hijo querido: Te deseo el favor, la misericordia y la paz de Dios Padre y del Mesías Jesús, Señor nuestro.
                        3Doy gracias a Dios, a quien sirvo con limpia conciencia, como aprendí de mis antepasados, cuando te encomiendo en mis oraciones noche y día. 4Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría 5refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre, Eunice, y que estoy seguro tienes también tú.
                        6Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos; 7porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino un espíritu de valentía, de amor y de dominio propio.
                       8Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de que yo esté en la cárcel por él. Al contrario, sufre conmigo por el evangelio, con la fuerza de Dios: 9él nos salvó y nos llamó a una vida consagrada, no por méritos nuestros, sino por aquella decisión suya a aquella gracia que nos concedió en el Mesías Jesús antes que empezaran los tiempos, 10manifestada ahora por la aparición en la tierra de nuestro salvador, el Mesías Jesús; él ha aniquilado la muerte y ha irradiado vida e inmortalidad por medio del evangelio.
                      11De este evangelio me han nombrado heraldo, apóstol y maestro; 12ésta es la razón de mi penosa situación presente; pero no me siento derrotado, pues sé de quién me he fiado y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que me dio.
                      13Lleva contigo un compendio de la saludable enseñanza que me oíste acerca de la fe y el amor cristiano; 14guarda el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
                     15Ya sabes que todos los de Asia me han vuelto la espalda, entre otros Figelo y Hermógenes. 16Dios tenga misericordia de Onesíforo y familia, pues él me ha dado tantas veces aliento y no se ha avergonzado de que esté en la cárcel; 17al contrario, al llegar a Roma me buscó sin descanso hasta que dio conmigo. 18Que el Señor le conceda alcanzar su misericordia en el último día. Por lo demás, los servicios que prestó en Éfeso tú los conoces mejor que nadie.

EXPLICACIÓN.

1-18.           Saludo parecido al de la primera carta (1-2). Exordio: La acción de gracias tiene un cálido tono personal. Pablo fue educado en su tradición familiar, y lo mismo lo ha sido Timoteo, éste como cristiano (3-5).

                   Mientras en 1 Tim 4,13-16, el don concedido a Timoteo se refería a la enseñanza, en este pasaje concierne al testimonio; frutos del Espíritu son la valentía, el amor y la autodisciplina. Parece referirse, por tanto, a la actividad exterior, sin temer la persecución ni considerarla humillante. (8). Reminiscencias de Ef 1,4ss (9-10a) y de 1 Cor 13 (10b) (6-10).

                  El evangelio se considera como doctrina que ha de ser proclamada y, bajo la metáfora del depósito, custodiada; su contenido es la fe/adhesión a Jesús y el amor cristiano (11-14).

                  De Figelo y Hermógenes no existen otras noticias. Tampoco de Onesíforo. Éste no se ha avergonzado de que Pablo esté en la cárcel; tal indicación corresponde a la exhortación hecha antes a Timoteo (v.8) (15-18).

miércoles, 18 de abril de 2012

CARTAS PASTORALES. AMBIENTE DE LAS CARTAS.

                        Las tres cartas muestran una gran preocupación por la difusión de doctrinas falsas o inútiles (1 Tim 1,3-4; 4,1-5.7; 6,3-10.20; 2 Tim 2,14.16-17.23; 3,1-9; 4,3-4; Tit 1,10-16; 3,9-10). Los falsos maestros que las proponen son en gran parte judíos convertidos (Tit 1,10), que, en vez de distinguirse en el amor fraterno, de dedican a palabrerías y pretenden enseñar la Ley (1 Tim 1,5-7; 2 Tim 2,14); buscan dinero (1 Tim 6,5; Tit 1,11), enseñan fábulas judaicas (1 Tim 4,7) y preceptos humanos, distinguiendo lo puro de lo impuro (Tit 1,14-15), organizan disputas sobre la Ley y cuestiones sobre genealogías, que llegan a la pelea (1 Tim 1,4; 6,4-5.20; 2 Tim 2,23; Tit 3.9). Propugnan una ascética que prohibe el matrimonio e impone la abstinencia de ciertos alimentos (1 Tim 4,3); algunos sostenían que la resurrección ya se había efectuado (2 Tim 2,18). Estos maestros recorrían las casas (Tit 1,11) e impresionaban especialmente a mujeres de poca cabeza (2 Tim 3,6-7, Tit 1,11).

                         Todos estos rasgos delinean el comienzo de un gnosticismo judaizante, no muy lejano del que aparece en Col 2,8.16-23. Lo curioso es que para refutarlo el autor de las cartas no apele a una teología de Cristo, como ocurre en Col 1,12-20; 2,9-15, sino que invoca sólo la enseñanza o doctrina tradicional, que ésos han abandonado (1 Tim 4,6; 6,3.20; 2 Tim 1,13; 3,14-15; Tit 2,1).

                        La actitud del cristiano se define más como religión o piedad (eusébeia, palabra que no aparece en los otros escritos de Pablo: 1 Tim 2,2; 3,16; 4,7.8; 6,3.5.6.11; 2 Tim 3,5; Tit 1,1) que como fe;
ésta designa frecuentemente no la actitud cristiana, sino el contenido de la creencia (por ejemplo, 1 Tim 2,4.7; 3,9; 4,1; 5,8; 6,10.21; Tit 1,4).

                       Las comunidades reflejadas en las cartas están bien organizadas, o al menos se pretende que lo estén. Los fieles son un cuerpo amorfo, sin personalidad ni relieve, sin carismas, especialmente sin la guía del Espíritu por medio de la predicación inspirada (profecía). El Espíritu (solas menciones: 1 Tim 4,1; 2 Tim 1,14; Tit 3,5) no aparece activo en el grupo cristiano, todo se confía a los maestros capaces de enseñar la doctrina tradicional (2 Tim 2,2), de ahí la insistencia en la enseñanza de Timoteo (1 Tim 1,18; 4,6.11.13.16; 6,2b.17; 2 Tim 2,24; 4,1-2.5) y de Tito (2,1-10; 3,1.8). La enseñanza, en cuanto se explicita, es en gran parte moral, detallando la manera de comportarse de las diferentes categorías de fieles: mujeres (1 Tim 2,9-15), viudas jóvenes (5,11-16), esclavos (6,1-2), ricos (6,17-19), ancianos, ancianas y jóvenes (Tit 2,1-5).

                     La organización de las comunidades está centrada en los que ejercen los cargos: epíscopoi (dirigentes, que no corresponden aún a los actuales obispos), presbyteros (responsables, lit. "ancianos", título tomado de la institución judía, tanto local, "concejales", cuanto nacional, "senador", o sea miembro laico, no sacerdotal, del Consejo o Sanedrín que rodeaba al sumo sacerdote; tampoco corresponden aún a los actuales presbíteros, de un carácter clerical mucho más acentuado). Es muy probable que dirigentes y responsables fueran dos nombres para la misma función (Tit 1,5-7), aunque es posible que el dirigente fuese el primero de los responsables. Los auxiliares (diákonoi) completaban el cuadro organizativo. Los responsables tenían un sueldo (5,17), asimilándolos de algún modo a los funcionarios civiles.

                   Una institución importante en estas comunidades era la de las viudas, mujeres ancianas de buena conducta dedicadas a la oración (1 Tim 5,5-10).

CARTAS PASTORALES. SITUACIÓN HISTÓRICA.

                       En 1 Tim, Pablo, que estaba trabajando con Timoteo en Éfeso, ha salido para Macedonia y encarga a Timoteo que lo sustituya en sus funciones por breve tiempo (3,14; 4,13). ¿Para qué entonces una carta tan detallada si Pablo iba a volver pronto?, ¿no bastaban las instrucciones orales que había dado al marcharse? (1,3-4). Esto demuestra que en realidad no se trata de una carta, sino de un tratadito de organización eclesiástica, destinado a las comunidades en que Timoteo tenga que actuar como líder.

                   2 Tim supone que Pablo está en Roma en la cárcel (1,8.16-17; 2,9). Ya ha comparecido una vez ante el tribunal, y nadie le ha ayudado en su defensa, pero ha salido del paso (4,16-18). Sólo lo acompaña Lucas, los demás se han marchado por diversos motivos (4,10-12); también lo han dejado los de Asia (1,15). Un cierto Alejandro se ha portado muy mao con él, oponiéndosele en público, tal vez impugnando su defensa (4,14); su muerte está próxima (4,6). Pablo quiere que Timoteo salga cuanto antes para Roma, acompañado de Marcos (4,9.11), para poder llegar antes del invierno (4,21); como tiene que pasar por Tróade (4,13), es señal de que Timoteo se encuentra en Asia Menor, probablemente en Éfeso, pues le manda recuerdos para Prisca y Áquila (4,19; Hch 18,18-19). También Onesíforo (4,19) debía de ser un efesino ido a Roma para visitar y animar a Pablo (1,17).

                   Pablo, por otra parte, no hace mucho que está en Roma, pues poco antes había estado en Tróade, donde se había dejado un abrigo y libros (4,13). Había pasado también por Mileto, donde dejó enfermo a Trófimo (4,20).

                   Esta carta supone, por tanto, que Pablo fue puesto en libertad después de la cautividad romana descrita en Hch 28, que volvió a Oriente y que, de nuevo en Roma, fue encarcelado con la persepectiva de ser condenado a muerte. La carta podría llamarse el testamento de Pablo.

                  Según la carta a Tito, Pablo había estado recientemente en Creta y había dejado allí a Tito para que acabara de organizar las comunidades de la isla; la carta continúa las instrucciones orales (1,5); sus portadores son quizá Zenas y Apolo (3,13). En todo caso quiere Pablo mandar a Artemas o a Fortunato para que releven a Tito y éste pueda reunirse con él en Nicópolis de Epiro, donde piensa pasar el invierno (3,12).

CARTAS PASTORALES. AUTOR Y ÉPOCA.

                    La autenticidad paulina de estas cartas es muy discutida. Las dificultades que militan contra su atribución a Pablo son de peso y se basan en argumentos muy diversos.

                    En primer lugar, la cuestión histórica. Dejando aparte 2 Tim, que se da por testamento literario de Pablo, ya cerca de la muerte, ni 1 Tim ni Tit corresponden a la época de Pablo narrada en los Hechos de los Apóstoles. Respecto a 1 Tim, cuando Pablo dejó Éfeso después de tres años de estancia fue a Macedonia, pero Timoteo no se quedó en Éfeso, pues Pablo lo había mandado por delante a Macedonia (Hch 19,21-20,1); luego fue a Jerusalén, pasando por Corinto, pero no tocó en Éfeso (Hch 20, 16-17) y, además, Timoteo lo acompañó a Jerusalén (Hch 20,4).

                  Respecto a Tito no hay noticia de que Pablo estuviese en Creta, sino en su viaje a Roma ya como preso (Hch 27,7), y no consta que los acompañase Tito. En todo caso, el invierno siguiente estaba en Malta, no en NIcópolis (Hch 28,1).

                  La situación que describen las dos cartas habrá de referirse, por tanto, al período que siguió a la cautividad de Pablo en Roma, es decir, después de la época narrada en los Hechos.

                  Pero aquí la dificultad se acentúa, 2 Tim, como hemos visto, supone que Pablo estuvo en Oriente de nuevo después de su primera cautividad en Roma.

                  Sin embargo, el proyecto de Pablo no era volver a Oriente desde Roma, sino seguir hasta España (Rom 15,24.28) y, si el testimonio de Clemente Romano es atendible, eso fue lo que hizo (1 Cle 5,7). El autor de los Hechos, por otra parte, supone que después de su viaje a Roma Pablo no volvió a Oriente (Hch 20,25.38).

                Muy fuertes son también los argumentos desde el punto de vista del lenguaje. Modos de expresión característicos de Pablo, particularmente el uso de las partículas, tanto más significativo cuanto menos consciente, están ausentes en las pastorales. Aparecen nueva fraseología, expresiones paulinas usadas en sentido diferente, etc.

               Los presbíteros o responsables son desconocidos en las otras cartas de Pablo, así como la institución de las viudas.

              Hay trozos en las pastorales que tienen sabor paulino e ideas teológicas que coinciden con las de Pablo (1 Tim 1,15-16; 2 Tim 1,9-10; Tit 3,5), pero hay otros extraños para el que está acostumbrado a la fraseología del apóstol (1 Tim 2,5; 6,15-16; 2 Tim 1,10; Tit 2,10.13; 3,4.6).

               No faltan autores, sin embargo, que defienden la autenticidad paulina, pensando en la vejez de Pablo y en la ayuda de un amanuense. Estas hipótesis parecen insuficientes para explicar el estilo de las pastorales, sobre todo si se considera el horizonte estrecho y defensivo que estas cartas presentan. Más probable es que reflejen la situación de algunas comunidades de finales del siglo I, angustiadas por propagandas insidiosas, que intentaban defenderse cerrando filas y proveyéndose de una detallada organización, inspirada en modelos judíos.

             Por otra parte, abogan por la autenticidad ciertos pasajes que difícilmente pueden dejar de atribuirse a la pluma de Pablo, sobre todo en detalles personales al fin de 2 Tim (4,9-21). Algunos suponen, sin embargo, que pertenecen a algún billete enviado por Pablo a Timoteo en alguna ocasión anterior. Sería una opinión intermedia, como la que se propone también para Colosenses: un discípulo de Pablo quiere adaptar a las nuevas circunstancias la enseñanza del apóstol, interpretada según su propia óptica e incluyendo algunos trozos de escritos ocasionales de Pablo.

             Las Cartas Pastorales son documentos de gran valor para la historia del cristianismo primitivo. Muestras que algunas iglesias tuvieron que dedicarse a la formación de los fieles y a robustecer la estructura interna, buscando estabilidad en medio de las circunstancias caóticas. De ahí que no se menciona la libertad cristiana ni la actividad del Espíritu en los miembros de la comunidad, realidades tan presentes en la pluma de Pablo. Se insiste en el orden, en la piedad y en la integridad de vida. Como otros escritos del NT (Hebreos, Santiago), las pastorales no pueden tomarse por base de la teología; son escritos complementarios que ilustran un aspecto determinado; aquí las medidas adoptadas por ciertas comunidades ante el peligro de desintegración. Lo necesario en una circunstancia, sin embargo, las soluciones de momento, no son modelo permanente. La Iglesia, según la voluntad de Jesús, no es un círculo cerrado, dedicado a la eficación propia, sino una misión dirigida al mundo entero (Mt 28,19; Mc 16,15; Hch 1,8).

             Las Cartas no siguen un plan que permita una división orgánica.

CARTAS PASTORALES. DESTINATARIOS.

                     Timoteo, destinatario de las dos primeras, era natural de Listra en Licaonia, hijo de padre pagano y madre judeocristiana (Hch 16,1), de nombre Eunice (2 Tim 1,5); también su abuela materna Lois había sido cristiana (2 Tim 1,5). Quizá lo conoció Pablo cuando estuvo en Listra por primera vez durante sus largos años de trabajo en Asia Menor (Hch 14,6-20), pero de hecho lo escogió por compañero al pasar por Listra en su primer viaje a Macedonia y Grecia (Hch 16,3). Para no chocar con los que conocían su ascendencia judía, Pablo lo circuncidó (Hch 16,3). Desde entonces fue constante compañero de Pablo: en Filipos, Tesalónica y Berea, donde se queda algún tiempo (Hch 17,14-15), se reúne con Pablo en Atenas, de donde Pablo lo envía otra vez a Tesalónica para tener noticias de aquella comunidad (1 Tes 3,2.6); vuelve a reunirse otra vez con Pablo en Corinto (Hch 18,5; 2 Cor 1,19), está con él en Éfeso en el segundo viaje y Pablo lo manda con Erasto a Macedonia (Hch 19,22), y acompaña a Pablo en su vuelta a Jerusalén llevando el resultado de la colecta (Hch 20,4). Pablo le encargó misiones de confianza en Corinto (1 Cor 4,17.16,10) y en Filipos (Flp 2,19-23); lo asocia a sí en la dirección de varias cartas (2 Cor 1,1; Flp 1,1; 1 Tes 1,1; 2 Tes 1,1). Cuando Pablo aparece en la cárcel, Timoteo se encuentra en la misma ciudad (Col 1,1; Flm 1). Era, pues, hombre de confianza de Pablo, aunque de carácter tímido (1 Cor 16,10). Aparte de las cartas a él dirigidas, la última mención de Timoteo es la de Heb 13,23).

                   Tito, por su parte, no aparece en Hch como compañero de Pablo , pero éste lo cita como compañero suyo en la asamblea de Jerusalén (Gál 2,1.3). Fue Tito quien llevó a Corinto la "carta de las lágrimas", calmando la situación y dando un empujón a la colecta (2 Cor 2,13; 8,6-7; 13,18) y volvió a Corinto con la carta  2 Cor (8,6.16-17.23). En 2 Tim se menciona que Tito está en Roma con Pablo y que ha salido para Dalmacia (2 Tim 4,10). Tito debía de ser hombre de muchas cualidades y buen diplomático, pues consiguió apaciguar a los corintios (2 Cor 7,13-15), misión en la que, según parece, había fracasado Timoteo.

CARTAS PASTORALES. INTRODUCCIÓN.

                      Las Cartas Pastorales, así llamadas desde el s. XVIII, son la 1 y 2 a Timoteo y la carta a Tito. Aunque dirigidas a individuos, no a comunidades, como las otras cartas de Pablo (exceptuado el billete a Filemón), no presentan el carácter de carta, sino el de instrucciones para la organización eclesiástica. Las tres forman una unidad en cuanto a estilo, vocabulario, temática, ambiente.